Sotalférez = Abanderado

Leyendo "Vida y hechos de Estebanillo González", que aunque Albi de la Cuesta lo presentaba en su bibliografía como libro de autobiografía de soldado es una novela picaresca, un "Lazarillo de Tormes", he leído acerca del sotalférez.

Aunque en un momento lo escribe como sota alférez, y en otro sotoalférez, el puesto que ocupaba el autor que narra su autobiografía era el de abanderado, o sea, portador de la bandera, que es un puesto que queda definido en el organigrama de los Tercios, y que ya hemos comentado.

Sea como fuera, a Estebanillo cuando lo despidió su amo - el alférez Felipe Navarro del Viamonte, del Tercio de Sicilia [estamos en 1619-1621] - y le reclamó el dinero que le adeudaba, habiéndose alistado con 13 años, obtuvo la respuesta que sigue:
"El ser abanderado es oficio de la primera plana, cuyo sueldo tira el alférez [...] a los abanderados no se les da otra cosa que comer y beber y un vestido cada año".

Efectivamente, Martin de Eguiluz se quejaba de los muchachos "que cogida su bandera a cuestas, apenas la pueden llevar", y recomendaba que no se pagase el sueldo del abanderado al alférez, sino que se diera a aquel en mano, pues aquella paga "no es de juro del alférez, ni le ha de meter en cuenta de su sueldo".


Los abanderados son necesarios para llevar las banderas, porque entre la nación Española los Alféreces no las toman, si no es para pelear con ellas, o cuando van sus capitanes delante con las compañías a las
guardias, o a pasar delante del Rey, o del Capitán General. Por ello conviene que los tales abanderados, sean hombres bien tratados, de buenas disposiciones, y fuerzas, porque nunca deben llevar las banderas
a los hombros, sino de camino, y entonces siempre ha de ir una levantada, de manera que los soldados la vean, y las demás revueltas a las astas, se pueden llevar a los hombros. Cuando los Alféreces las
llevaren, deben de rato en rato levantarlas, y jamás arrastrarlas, ni dejar que toquen en tierra, porque representan poder real con instrumentos para dar órdenes visibles: son señales de la unión, y hermandad que ha de haber entre los que la siguen. Que si antiguamente cuando alguna bandera caía en tierra, se tenía por mal agüero, y todos acudían con gran diligencia a levantarla, no es bien que adrede las arrastre nadie.
Disciplina militar de Sancho de Londoño. 1568

En su "Teorica, practica, y exemplos compuestos por el Capitan Bernardino Barroso", impresa en 1622, el autor explica al detallar como ha de formar la compañía al entrar al cuerpo de guardia, como se ve pasar al:
Alférez, que entra a hora bien armado con su bandera terciada, al ombro derecho, cogidas las puntas, y cabos de la bandera con la mano sinisestra, lleuando delante su abanderado con su venablo al hombro y ni mas,ni menos su atambor ypifano, y entiendese que el abanderado ha de ser hombre, ya hecho con su espada, y no se consienta que sean los tales abanderados muchachos rotos, y sin espada y apenas çapatos, como en la paz, le he yo visto a ojos del General

En la Ordenanza de 1632 se indica:
34. Y, porque, siendo las banderas la principal insignia de mis ejércitos, importa a la decencia della que los abanderados que la llevaren, cuando se marcha o los alféreces se ponen a caballo, sean personas de mejor hábito y de más porte del que se ha acostumbrado y que traigan espada, ordeno y mando que se haga así en lo de adelante y que por esta razón se les crezca algo el sueldo que se ha dado a los de hasta aquí.

En 1685 se indica que el abanderado llevará un venablo mientras que el alférez ocupa el centro del escuadrón con la bandera cuando se entra al cuerpo de guardia. En combate, el alférez serviría con una pica, y el abanderado mantendría la bandera en el centro del escuadrón. 

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